Luego de casi un mes de paralización en su industria petrolera, Ecuador empieza a recuperar la normalidad en la producción y exportación de crudo. La interrupción, que se extendió durante 26 días de julio, generó millonarias pérdidas económicas para el país. El problema se originó con la suspensión del transporte de petróleo por los oleoductos, lo que obligó al apagado progresivo de pozos, la paralización de las refinerías y la suspensión de exportaciones.
A pesar del impacto en toda la cadena petrolera, el país logró evitar el desabastecimiento de combustibles gracias a una operación logística de emergencia liderada por Petroecuador. La importación de gasolina, diésel y jet fuel permitió cubrir la demanda nacional sin interrupciones, según confirmaron funcionarios de la empresa estatal.
Las importaciones ingresaron por la terminal marítima de Balao, ubicada en Esmeraldas, que trabajó al 100 % de su capacidad operativa durante la crisis.
En condiciones normales, esta instalación recibe entre 15 y 18 buques al mes, pero en julio la cifra casi se duplicó. «Tuvimos entre 28 y 30 barcos para poder cubrir toda la demanda, trabajando 24/72, explicó Jorge Perdomo, jefe de Operaciones Marítimas de Petroecuador.
Cada buque cargado con combustibles era dirigido a un área conocida como el cuadrilátero, a cuatro kilómetros de la costa. Allí era amarrado y conectado a una boya de descarga mediante mangueras especiales. El combustible era bombeado por tuberías submarinas hacia la terminal, donde se controlaba su recepción. Cada tipo de combustible contaba con un sistema exclusivo de tuberías y bombas.
Julio Pazmiño, capitán de amarre, destacó la complejidad de la operación. «Nos tocó recibir una mayor cantidad de buques del exterior para surtir a todas las gasolineras del país», señaló.
En condiciones regulares, parte de los combustibles importados se procesa en la Refinería de Esmeraldas, ubicada a cinco kilómetros de la terminal. Sin embargo, en julio la mayoría del diésel y las gasolinas fue enviada directamente al poliducto para su distribución nacional.
Como parte del plan de contingencia, Petroecuador firmó cuatro contratos de provisión de gasolina y diésel durante ese mes. Gracias a estos acuerdos, se aseguró un promedio diario de 76 000 barriles de gasolina y 71 000 de diésel, lo necesario para cubrir el consumo nacional. La empresa espera que, con la reactivación progresiva de la producción y el transporte de crudo, la situación se normalice completamente en las próximas semanas.